En
esta entrada os quiero mostrar algunas particularidades del país y mis
consiguientes reacciones / aversiones ante ellas.
- Soy amante del dulce:Y casi como cada vez que viajo, además de probar comida típica del país, arraso con los dulces. Total, que Eslovaquia no iba a ser menos y mi compañero de piso me dijo que probara un makowiec: "está hecho con semillas de amapola, con lo que se fabrica la droga." EING?! ¿Amapolas? ¿Droga? Me comí el dulce:
Como podéis ver en la foto, parece chocolate, pero el sabor era
algo así como ajshdgjfbcnvjsfkhdfsod, qué c*** me estoy comiendo. Decidí
investigar más sobre las semillas de amapola y en Wikipedia descubro que... se
utiliza como adormidera, como base para el opio. O sea, esto podría ayudarnos a
entender un poco más el estado del gusano de Alicia en el país de las maravillas:
2.
El supermercado. Mi primer encuentro con el eslovaco choca frontalmente en el
supermercado. Pasear por sus pasillos como si fuera una reserva natural fue mi
ocupación de los primeros días. El caso es que tenía que comprarme una taza.
Sin complicarme demasiado, cogí una cuyo estampado me resultó aceptable, pero
cuya frase, estoy segura, voy a recordar hasta el resto de mi estancia: ¡Al mejor padre del mundo!
3. Trafačka, una cafetería que es puro amor ♥, es el pequeño Rincón del Español de cada miércoles, donde se practica conversación y se proyectan películas en español con subtítulos en inglés (agradecimientos personales a Nuria, también eres puro amor ♥). Además, en esta requetebonita cafetería, las galletitas del café están en español:
4. El camino. Vivo a 30 minutos del centro de la ciudad y del
trabajo. El trayecto es prácticamente andar en línea recta, pero tiene su
encanto. El piso está en una montaña y tengo que ir justo a la de enfrente:
En el camino también me encuentro con un cementerio judío,
que es IMPRESIONANTE:
Y con las vías del tren y el tren pasando (esto mola mucho):
Como habéis podido comprobar en las fotos, Nitra es verde, o sea, es campo, donde hay bichos y animales. Un día volviendo a casa casi me muero del susto al escuchar un ruido por el césped. ¿Una rata?, ¿un conejo? No, señores, aquí lo que va por ahí correteando por las noches son erizos (ježko):
5.
La fiesta. Compartir piso muchas veces es sinónimo de fiesta, de gente joven, de
beber, de movimiento, vaya. Anoche hubo algo parecido en mi piso pero en hora
eslovaca (a las 23.00 poco movimiento había ya). Aquí la gente bebe, bebe de
manera sobrehumana (la cercanía con Rusia se tiene que notar en algo, no son todo clichés, en el Este se bebe). Beben
nivel: desayunar cerveza. El resultado del picnic de anoche ha sido levantarme
esta mañana con una bonita sorpresa en la cocina:
6.
El viaje. Quiero terminar la entrada con algo emocionante, otra de las
razones por las que estoy aquí: VIAJAR. En pocos días haré un viaje a Polonia,
tendré que atravesar Eslovaquia y Polonia, y el punto final es Gdansk, una ciudad portuaria situada al norte.
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No tengo palabras para describir las ganas que tengo de empezar esta aventura, solo diré que la libreta
que me acompaña en cada viaje me impulsa a otras muchas:
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