sábado, 22 de octubre de 2016

Un soleado septiembre

El mes de septiembre ha transcurrido tranquilamente entre clases, naturaleza, paseos, viajes por Eslovaquia, amigos y sesiones de cine en Trafačka. 

El buen tiempo ha acompañado en todas las ocasiones y encuentros. No hay reunión de españoles que se precie que no pase por la cocina. Porque a día de hoy no puedo decir que eche en falta una buena paella o una jugosa tortilla de patatas. Lo entenderéis después de ver reuniones culinarias como estas:



Además, aprovechando aún el buen tiempo y lo verde de los paisajes, las visitas a Pyramída continuaron, con imágenes muy espectaculares:


¡Vimos a gente practicando parapente! ¡Algunos biplaza! Nunca había visto algo así tan de cerca, fue realmente impresionante y… ¡escalofriante! Dicen que es la forma más sencilla y emocionante de volar, pero a mí eso de “volar” en un planeador que es básicamente una tela, no me convence demasiado. En todo caso, biplaza, donde acabaría totalmente afónica, a grito por minuto.

Sin duda, nunca es mal momento para pasar tiempo en lo alto de Nitra.


Del 23 al 28 de septiembre fue la 25ª edición del Festival Internacional de Teatro en Nitra y yo, que pensé que sería una buena experiencia, decidí hacer mi primera visita al teatro nuevo de Nitra (Divaldo).


Asistí a una obra de teatro cuya dirección me pareció lo suficientemente extravagante como para que atrajera mi atención: Suecia, Irán y Eslovaquia. Además, la perfomance estaba subtitulada al inglés. Pero me equivoqué, quiero decir, me gusta el teatro, me gusta lo alternativo, lo que te hace reflexionar, pero creo que la cara de los asistentes al salir de la obra fue la siguiente:


Esto me pasa por ir siempre con altas expectativas. La mayoría de las veces me sale bien, pero aquello, sin importar el idioma, no hubo quién lo entendiera. La obra no tenía ningún sentido. Algunas veces esto funciona para dejar que el argumento fluya por la imaginación del espectador, pero otras ese "sinsentido" no resulta por más que el espectador se esfuerce y causa más frustración que admiración, pues no se entiende

Pero no todo estaba perdido aquella tarde. Había un puesto de crepes a la salida del teatro, y mi cara cambió por completo:



Por su parte, las clases han transcurrido este septiembre de una manera muy amena. He probado situaciones distintas y completamente nuevas para mí. He podido poner en práctica cuestiones aprendidas en la carrera y otras adquiridas sobre la marcha. Quién me iba a decir a mí que iba a enseñar algún día español a una niña de seis años que no sabe ni leer aún en su propio idioma. No soy la única sorprendida. Esta niña estuvo en una guardería bilingüe de español, por lo que sabe construir oraciones y tiene más vocabulario que algunos estudiantes adultos de español. Bien es sabido que los niños a estas edades son como esponjas y con repetir dos o tres veces algo ya se les queda. Todo con ellos tiene que ser visual. Así pues, mis clases se basan en dibujar, jugar, cantar y colorear. En este momento comprendí la utilidad de la creatividad y la imaginación en mi vida como docente.


Este mes también ha incluido la visita a Čičmany, un pequeño pueblo en el corazón de Eslovaquia, rodeado de montañas y bosques, y cuya peculiaridad viene dada por sus singulares casas de madera decoradas con motivos geométricos.



Dos de estas casas son museos. Nosotros asistimos a una donde te explicaban la forma de vida de los habitantes años atrás, que vivían esencialmente de las cabras, las vacas, el campo y su producción, algunas de ellas aún se encontraban allí:




El pueblo y el entorno natural que lo rodea son preciosos. Uno tiene la sensación de haberse topado con algo único y auténtico. Mi recuerdo particular de esta visita fue este peculiar llavero:


Ese mismo día también pasamos por Trenčín, ciudad situada al noroeste, en el valle del río Váh. La ciudad en su conjunto me gustó mucho, especialmente por las vistas, las plazas y las cafeterías.



Este soleado mes de septiembre me ha dado la tranquilidad, las visitas, risas y nuevas experiencias que necesitaba. Aún no sabía el gris y frío mes de octubre que estaba por llegar...



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